Concentración del poder: copropietarios que actúan por poder. casos

Ejemplos de delegación de voto y sus implicaciones.

La figura del poder o mandato es una herramienta jurídica que permite a una persona delegar su participación y voto en las asambleas de copropietarios, generalmente por motivos de ausencia, desinterés, limitaciones físicas o dificultades de acceso. Esta delegación puede recaer en otro copropietario, en un familiar o incluso en un profesional ajeno a la comunidad. A continuación se presentan algunos casos prácticos que ilustran las posibilidades, riesgos y repercusiones de esta figura.

Caso 1: Delegación por ausencia laboral

María es copropietaria de un departamento en un edificio, pero por razones laborales no puede asistir a las asambleas ordinarias. Decide otorgar poder a su vecino Juan, para que vote en su nombre. Juan asiste con el poder debidamente firmado y ejerce el voto de María en los asuntos tratados, siguiendo las indicaciones previas que ella le dio. De este modo, la opinión de María es representada y considerada en la toma de decisiones, a pesar de su ausencia.

Caso 2: Acumulación de poderes por afinidad

Durante una asamblea para decidir la instalación de paneles solares, Tomás, un copropietario activo y con buenos vínculos con otros vecinos, recibe el poder de voto de cinco personas que no pudieron asistir. Al llegar el momento de la votación, Tomás representa no solo su propio voto, sino también el de quienes le delegaron su poder. Gracias a esta acumulación, consigue reunir la mayoría necesaria para aprobar el proyecto, alineado con los intereses de su grupo.

Caso 3: Delegación a un familiar externo

Rosa, una persona mayor con dificultades de movilidad, delega su representación en su hijo, quien no reside en el edificio, pero cuenta con la confianza de su madre y con poder notarial. Su hijo participa en la asamblea y vota en las decisiones importantes sobre el mantenimiento del inmueble.

Caso 4: Profesional externo con múltiples poderes

En una comunidad de propietarios de varios edificios, muchas personas residen fuera de la ciudad y delegan sus votos a un administrador profesional. Este profesional acude a la asamblea con una decena de poderes, lo que le permite influir de manera significativa en la aprobación de presupuestos y en la elección de la junta directiva. Esta situación genera inquietud entre quienes asisten personalmente, pues consideran que la acumulación excesiva de poderes distorsiona la voluntad colectiva.

Caso 5: Influencia de un grupo reducido

Un pequeño grupo de copropietarios, que comparten intereses en mantener bajas las cuotas de mantenimiento acuerdan entre sí recolectar poderes de otros vecinos menos involucrados. Al sumar un número considerable de votos delegados, este grupo logra bloquear propuestas de mejoras o inversiones que consideran innecesarias, aunque el resto de la comunidad no esté de acuerdo.

Conclusión

El uso del poder o mandato en asambleas de copropietarios facilita la representación de quienes no pueden asistir, pero también abre la puerta a la acumulación de influencias y a la formación de grupos que pueden desbalancear la voluntad general. Es fundamental regular con claridad la cantidad de poderes que una sola persona puede ostentar, así como fomentar la participación de todas las personas copropietarias, para garantizar decisiones equilibradas y justas.