
Introducción.
Pensar en traer hijos al mundo es asumir una responsabilidad ineludible: nuestros niños y adolescentes dependen de nosotros, sus padres, para crecer sanos, felices y preparados para afrontar el mundo. Esta dependencia nos interpela no solo en lo económico, sino también en lo emocional, educativo y social. Desde el momento en que nacen hasta que alcanzan la mayoría de edad, la sociedad reconoce que los menores carecen de los recursos y la madurez necesarios para valerse por sí mismos. Por eso, nuestra implicación y apoyo son imprescindibles.
¿Por qué los hijos dependen de sus padres?
- Incapacidad para generar ingresos propios: Por su edad y por ley, los menores no pueden trabajar ni obtener recursos económicos; dependen de nosotros para cubrir sus necesidades básicas como la alimentación, vivienda, educación y salud.
- Madurez emocional y psicológica: Los niños y adolescentes aún no tienen la capacidad para tomar decisiones complejas ni asumir responsabilidades adultas. Necesitan nuestro acompañamiento para desarrollarse plenamente.
- Desarrollo físico y cognitivo: Durante su crecimiento, requieren cuidados especiales, atención médica y estímulos educativos que solo los adultos responsables pueden ofrecer.
- Obligación legal: La legislación chilena (Código Civil) nos exige, como padres, mantener a nuestros hijos hasta que puedan valerse por sí mismos, reconociendo su vulnerabilidad y la necesidad de protegerles.
¿Qué es la pensión alimenticia?
En Chile, la pensión alimenticia es mucho más que una transferencia económica: es un concepto legal que significa: el derecho de los hijos a recibir apoyo para cubrir todas sus necesidades (no caprichos) y el deber de los padres de proporcionarlo. No solo se trata de alimentación, sino de garantizar un desarrollo integral, que abarca su educación, salud, vivienda y bienestar emocional.
¿Qué cubre exactamente la pensión alimenticia?
- Alimentación: Comida suficiente y nutritiva para su salud.
- Vestuario: Ropa adecuada para todas las estaciones y circunstancias.
- Educación: Matrícula, útiles escolares, transporte y apoyo académico.
- Salud: Atención médica, medicamentos y seguros.
- Vivienda: Un hogar seguro y digno.
- Recreación y desarrollo emocional: Actividades que favorezcan su felicidad y crecimiento personal.
¿Quién paga, cuánto y cómo se decide?
La ley chilena, en su artículo 230 del Código Civil, establece que ambos padres deben contribuir al bienestar de sus hijos según sus posibilidades económicas. El principio de reparto proporcional a los ingresos busca la equidad: cada uno aporta conforme a lo que gana, garantizando que la carga no recaiga injustamente sobre uno solo.
- Padres casados bajo “sociedad conyugal”: Los gastos se cubren con el dinero común, independientemente de quién gane más.
- Padres divorciados o nunca casados: Cada uno aporta proporcionalmente a sus ingresos, hasta un máximo del 50%, descontando cotizaciones previsionales.
- Si uno de los padres no trabaja: Se presume como ingreso el sueldo mínimo, para que ambos contribuyan.
Ejemplos prácticos
- Ejemplo 1: Padres casados
- Juan y María, casados y con dos hijos, pagan todos los gastos con el dinero de ambos, sin importar quién aporta más.
- Ejemplo 2: Padres separados
- Pedro y Carla, que nunca se casaron, tienen una hija. Como Pedro gana más que Carla, él aporta una cantidad mayor, ajustándose a sus posibilidades económicas.
¿Cómo se calcula el aporte de cada padre?
El sistema es transparente y justo: se suman los ingresos de ambos padres y se determina el porcentaje que corresponde a cada uno. Así, el aporte refleja la realidad económica de cada familia.
Ejemplo con números:
- Padre: gana $1.800.000 al mes
- Madre: gana $600.000 al mes
- Gastos del hijo: $300.000 al mes
- Ingresos totales: $2.400.000
- Padre: 75% de los ingresos ($225.000 de los gastos)
- Madre: 25% de los ingresos ($75.000 de los gastos)
Otro ejemplo con los ingresos cambiados:
- Padre: gana $500.000
- Madre: gana $1.500.000
- Gastos del hijo: $400.000
- Ingresos totales: $2.000.000
- Padre: 25% ($100.000)
- Madre: 75% ($300.000)
¿Qué pasa si uno de los padres no puede aportar más?
Si alguno de los padres tiene ingresos bajos y no puede hacer un aporte mayor, los jueces revisan el caso y analizan si su contribución es suficiente. Si no es así, se puede solicitar apoyo a los abuelos. Pero nunca se obliga a un padre a dar más de lo que realmente puede. El objetivo es siempre buscar el bienestar del menor y el equilibrio familiar.
¿Qué gastos cubre la pensión alimenticia?
- Educación: Colegio, libros y transporte.
- Crianza: Comida, ropa y atención médica.
- Establecimiento: Vivienda, profesión u oficio.
¿Hasta cuándo hay que mantener a los hijos?
La ley establece que debemos prestar apoyo a los hijos hasta los 21 años. Si siguen estudiando, la obligación se extiende hasta que terminen sus estudios, aunque nunca más allá de los 28 años. Así, acompañamos y respaldamos a nuestros hijos hasta que logren independencia y autonomía.
Conclusión
Cumplir con la pensión alimenticia es mucho más que una obligación legal: es la forma más directa de demostrar nuestro compromiso y amor por los hijos. Es la garantía de que tendrán lo necesario para crecer, aprender y convertirse en adultos independientes. Al hacerlo, contribuimos también a una sociedad más justa y solidaria. La pensión alimenticia no es solo un deber, es una inversión en el futuro de quienes más queremos.
- por Miguel Letelier
- en Octubre 14, 2025