
El conflicto de aproximación-evitación, estrés y toma de decisiones.
El conflicto de aproximación-evitación es una experiencia psicológica común pero a menudo subestimada. Este tipo de conflicto influye de manera significativa en nuestras decisiones, emociones y comportamientos. Muchas veces, la indecisión que sentimos o la confrontación interna que experimentamos tiene su raíz en este fenómeno. A través de esta guía, aprenderás a identificar estos conflictos, comprender su origen psicológico y aplicar estrategias efectivas para manejarlos en tu vida diaria.
¿Qué es el conflicto de aproximación-evitación?
El conflicto de aproximación-evitación ocurre cuando una misma situación, objetivo o decisión nos resulta simultáneamente atractiva y repulsiva. Es decir, una parte de nosotros quiere acercarse a algo porque lo percibe como positivo (aproximación), mientras que otra parte intenta evitarlo por miedo, incomodidad o cualquier aspecto negativo asociado (evitación).
El psicólogo Kurt Lewin fue uno de los primeros en estudiar este conflicto, vinculándolo con el estrés y la toma de decisiones. Desde entonces, ha sido ampliamente analizado en la psicología social y la neurociencia. Este conflicto aparece cuando los objetivos presentan características tanto apetecibles como aversivas, lo que genera una batalla interna entre el deseo y el temor.
Por ejemplo, imagina que alguien siente una fuerte atracción hacia una meta profesional que promete reconocimiento y éxito, pero al mismo tiempo teme el esfuerzo, la responsabilidad o el posible fracaso. En ese caso, la persona puede sentirse “paralizada”, atrapada entre avanzar y retroceder, en otras palabras, “no avanza tampoco retrocede”, solo observa como la meta profesional se le escapa entre los dedos.
Ejemplos cotidianos
Este fenómeno se presenta en muchos aspectos de la vida diaria, desde lo más trivial hasta lo más complejo. A continuación se exponen varios ejemplos que ilustran cómo se manifiestan estos conflictos y algunas ideas sobre cómo abordarlos:
Ejemplo cotidiano: Aracnofobia
Una persona con miedo a las arañas puede querer acercarse a ellas para superar su fobia (aproximación), pero a la vez siente un impulso intenso de alejarse (evitación). El deseo de vencer el miedo choca con el temor visceral que le provoca la presencia del animal.
Ejemplo laboral: Oferta de ascenso
Imagina que te ofrecen un ascenso a gerente en tu empresa. Por un lado, el puesto trae consigo un aumento salarial, mayor prestigio y la oportunidad de liderar proyectos; por otro, implica más horas de trabajo, mayor responsabilidad y la gestión de un equipo. El deseo de progresar profesionalmente (aproximación) entra en conflicto con el miedo al estrés o al fracaso (evitación).
Ejemplo social: Hablar en público
Muchas personas desean compartir sus ideas en reuniones o presentaciones porque les aporta visibilidad y reconocimiento (aproximación). Sin embargo, el temor al juicio de los demás o a cometer errores puede hacerles evitar esas situaciones (evitación).
Ejemplo educativo: Elegir estudiar en el extranjero.
Un estudiante desea irse a otro país para aprender un idioma y vivir nuevas experiencias (aproximación). Sin embargo, teme alejarse de su familia, amigos y de su entorno conocido (evitación). Este dilema puede generar indecisión y ansiedad.
Ejemplo financiero: Invertir dinero.
Alguien tiene la oportunidad de invertir en un negocio prometedor. La posibilidad de obtener beneficios económicos resulta atractiva (aproximación), pero el miedo a perder el dinero puede hacer que dude o evite tomar la decisión (evitación).
Ejemplo familiar: Decir la verdad a un ser querido.
Una persona quiere confesar algo importante a un familiar para sentirse mejor y fortalecer la relación (aproximación), pero teme causar dolor o conflicto y, por ello, pospone la conversación (evitación).
Ejemplo de pareja: Proponer vivir juntos.
En una relación, uno de los miembros desea dar el paso y convivir para fortalecer el vínculo (aproximación). Sin embargo, el miedo a perder independencia o a que la convivencia no funcione puede frenar esa iniciativa (evitación).
¿Cómo gestionar estos conflictos?
- El primer paso es identificar que existe una atracción y una repulsión hacia el mismo objetivo. Pregúntate: ¿Por qué quiero esto? ¿Qué me lo impide?
- Identifica los pros y los contras: Haz una lista de las ventajas y desventajas de la opción que genera el conflicto. Esta técnica te permite valorar objetivamente la situación y detectar qué factores pesan más en tu decisión.
- Evalúa tus prioridades: Reflexiona sobre qué es más importante para ti en ese momento.
- Busca información: Informarse reduce la incertidumbre y ayuda a tomar decisiones más seguras.
- Consulta con personas de confianza: Compartir tus dudas puede darte perspectivas nuevas. También, hablar con personas que hayan pasado por situaciones similares puede aportar perspectiva y estrategias para resolver el conflicto. Compartir experiencias ayuda a normalizar el proceso y encontrar soluciones prácticas
- Haz pequeños avances: Si el miedo es muy grande, da pasos graduales para acercarte al objetivo.
- Reduce la presión y el estrés. Un estudio dirigido por Itiel Dror mostró que, bajo presión de tiempo, las personas tienden a tomar decisiones más impulsivas. Para evitar decisiones precipitadas, es recomendable pedir tiempo para reflexionar y no dejarse llevar por la urgencia. Por ejemplo, si recibes una oferta de ascenso, puedes solicitar un par de días para valorar la propuesta y consultar con personas de confianza. De esta forma, reduces la presión interna y externa, y evitas arrepentimientos.
- En el entorno laboral, una buena práctica es implementar la comunicación asíncrona. Por ejemplo, en lugar de exigir una respuesta inmediata, el superior puede enviar un mensaje o video reconociendo el buen desempeño y proponiendo el ascenso, permitiendo que el empleado lo reflexione con calma. Esta cultura favorece decisiones más meditadas y reduce el conflicto interno.
- Apóyate en ejemplos y experiencias previas
- Aprende a expresar tus sentimientos y necesidades de forma clara y directa. La comunicación asertiva implica expresar los sentimientos y necesidades de uno de manera clara y directa, sin atacar o culpar a la otra persona. La práctica, como ocurre al entrenar cualquier habilidad, hará que con el tiempo cada vez se pueda hacer más fácilmente.
- La práctica hace al maestro. Empieza a practicar la asertividad y la resolución de conflictos en contextos de bajo riesgo, como expresar una preferencia durante una conversación con amigos. Este entrenamiento gradual te ayudará a ganar seguridad y a desarrollar las habilidades necesarias para afrontar situaciones más complejas con mayor confianza.
Conclusión
Los conflictos de aproximación-evitación son parte de la vida. Reconocerlos y aprender a gestionarlos nos permite tomar decisiones más conscientes, reducir el estrés y avanzar en tus objetivos personales y profesionales. Recuerda: no se trata de eliminar el conflicto, sino de aprender a navegarlo con inteligencia emocional y herramientas prácticas.
- por Miguel Letelier
- en Octubre 7, 2025